domenica 16 agosto 2015

LA VUELTA A LA TORTILLA (PILOTO)


Hay una edad en la cual mientras tú sueñas los días se siguen siguiendo, acaban atropellándo y cuando despiertas han formado un barullo de padre muy señor mío que es tu vida; hasta hace muy poco yo no había podido desenredar el mío. Yo soñaba nada menos que con cambiar el mundo y cuando desperté  de mi sueño hecho sólo de intelecto era politologa y pesaba 120 kilos, había habido varias revoluciones de un par de días y todas me habían pillado afuera de la ciudad, una pena... No obstante creía firmamente que ésto  es más de lo que muchos pueden decir, pero  mi puesta de largo en el mundo fue desagradable, encontré trabajo de becaria y cuando se agotó el contrato mi jefe al despedirse soltó:          - Nos gustaría que siguieras con nosotros pero ahora mismo no podemos permitirnos un salario más... Si fueras parte de un colectivo minoritario podríamos solicitar alguna.
-¿En qué sentido?- pregunté perpleja, el jefe llevaba ben sus cincuenta y cinco años, pero si esperaba satisfacer sus sueños feeder conmigo a cambio de un humillante certificado de minusvalía  y un salario todavía más vejatorio iba apañado...En vez  de "Cincuenta sombras de Gray" un grasiento "Cincuenta sobras del grill"...Dios, que yuyu me daba, así que recogí mi bolsa y abandoné el despacho dejando el jefe con cara de gatito degollado.
El día en que te despiden suelen ser una mierda, se podría decir que el mío fue hasta más humillante de la media, pero ése golfo relleno de sí me había regalado una conciencia inesperada: por cuanto la sociedad se maquille los verdaderos deseos solo pueden ser atávicos y yo, entre mis carnes, tenia el poder de una Virgen Neolítica. Más de un hombre se moriría por emitir sonidos guturales al son de mis muslos restregandose. Éstos pensamientos me consolaban cuando, llena de remordimientos de todos tipos, cruzaba el umbral del Kentucky...Hasta que participé en un taller de auto-empleo.
¿Qué quería ser de mayor? ¿Cual sería la rutina capaz de hacerme feliz? Montar una consultoría, un horno de pan o reinventarme como cáligrafa... "El éxito está en nuestras manos y en nuestro corazón" repetía el Guru en el tristísimo aula del centro cultural. Un rayo de sol se coló a través de las rejas cuando empezaron a hablar de la "Marca Personal".
-¿Qué es lo único que no podemos perder?- Empezó triunfal el Guru. -Podemos perder la voz, podemos perder nuestra fuerza física, pero no podemos perder nuestro cuerpo, el espacio que ocupamos, la transcendencia que tienen nuestra palabras en el éter.
Sus palabras habían logrado interesarme y cuanto más hablaba iba comprendiendo que su atuendo pofetico iba más allá del marketing.                                                                                                                       Otra cosa no, pero yo tenía cuerpo, presencia y saber estar... Así que empujé la silla hacia atrás, el ruido distrajo la audiencia y yo me levanté bajo las miradas alucinadas de todos. Claro, no era yo la que provocaba el desencaje de ésas almas, pero la atmosfera de película me ensalzó tanto que salí de la habitación y corrí divertida a la calle dejando a Jesús con la palabra en la boca. Habría triunfado si hubiese encontrado un fondo ético a cualquier ocurrencia, anque en ése momento mis ideas estaban bastante confusas, seguramente porqué no acababa de tener revelaciones.

Aunque me resistiera no se me iba de la cabeza la idea de vivir de mi cuerpo. Era una opción revolucionaria y avergonzarte a la vez; pero pensándolo mejor la vergüenza venía de los  legados cristianos que a éstas altura solo son recuerdos de cuentos en la infancia que ya destripé en mi juventud.
Vender mi cuerpo es reveindicativo,  he decidido que la gente pagará para ver mi cuerpo hijo de la abundancia, que no conoce la censura, he decidido morirán con tal de tener mi imagen más íntima en su cercanía virtual.

Me fumé un cigarrillo y me puse a la obra, llevaba un picardias amarillo cuando me acerqué a la  cocina americana y la webcam empezó a grabar. Así sin más, sin comprar attrezzo, sin organizar, sin compartir. Yo sola me habría esculpido mi espacio en el mundo,  imponiendo mi personalidad como algo admirable, por encima de las críticas. IMPONERME.
Todos pueden ver éste primer Video en el youtube. Id a verlo, no me avergüenzo pero se nota que me faltan clases de actuación (me gusta profesionalizarme). Veréis como me movía insegura en la cocinilla, pero ¡ojo! derramando naturalidad y sensualidad.
Me abrí un hueco entre la mesa y la nevera (puestos adrede más cerca de lo normal)  y empecé a presentar mi mock bang europeo. Ésta practica coreana consiste en ver vida de gente comiendo y charlando, no tiene una naturaleza sexual, sino es un balsamo que alivia pero enquista la soledad. Empecé enseñando lo que provocaba  muchos de mis remordimiento, el feeder asqueroso de mi jefe me había inspirado, no es el video de una foca comiendo a traves de un embudo sino el de una  joven mujer gozando de lo prohibido, asumiendo calorias y quemando canones que hasta la fecha no me habian servido para nada. Me lo pasé fenómeno vaciando la nevera y  no puedo negar os que hice cosas de las cuales estoy muy orgullosa, ya que no actuaba por ego ni por dinero (lo justo para vivir).
Un día de verano estaba tomando un delicioso helado de limón, a la sombra de los cactuses de mi micro balcón, eso parecía  ya de por sí un cuadro de Botero, mas debía rehuir una estética tan concurrida, pero por suerte me acordé de algo que repetía mi maestra.
"Una noble señora siciliana  estaba saboreando, gozando,  un helado de limón cuando  dijo: «¡Qué rico!  Sólo le falta que sea pecado.» Mientras hablaba  me pasaba la cucharilla helado por la boca y el pecho.       «No hay cosa mejor en el mundo de acá que pecar. Todo toma otra perspectiva del lado de satán y quién mejor que unos guarros como vosotros para confirmarlo, dios sabe lo que habrán visto vuestros ojos ahondando en la red en búsqueda de "gordas comiendo" : moles sin forma para correros de asco, deseando con ardiente vergüenza que vuestra lefa se mezcle con el ketchup y la mahonesa. ¡¿Por qué el placer heterosexual siempre ha de tener su punto de pecado, de humillación?!» grité levantandome y  lanzando por , ofrecí un delicioso concierto de copas rotas y cucharillas tintineantes.
«Por qué una mujer que no se preocupa por el peso y tiene la desfachatez tiene que transformarse en una muñeca de carne, para que chulos inseguros jueguen a llenarla hasta la explosión. ¡Qué envidia os tengo compañeros osos, vosotros que coméis y bebéis, vosotros que estáis tan contentos en vuestra orgía romana respeto, amo, sin el menor atisbo de humillación»

Si estais leyendo ésta mía "biografía" será porqué el mundo se fijó en mi.                                ¿Y luego? Pues nada a vivir, siendo parte de una nueva casta,  la de les personas reconocidas por los demás, algunos se acordarán vagamente de tu nombre y para otros eres un semidiós, cosa para que está programado todo buen occidental podríamos decir que es una historia de éxito.  

El éxito huele a pedo, te empuja a cagarla tantas veces,  yo llegué a montar mi gabinete de dominación, mis primeros clientes (a parte de casi todos los primeros ministros) fueron el feeder y el Guru... La experiencia no me gustó, había llegado a creerme el árbol de navidad de ésta sociedad, el mundo estaba obligado a fijarse en mi.

Ahora me esfuerzo  en creer que fue una suerte...día mi tiroide se cansó de descansar, comía de todo pero no hacía que adelgazar.

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