Me rindo al costumbrismo, total...¡pa’ lo que he quedao!
Así que os hablaré, respetabilisimos lectores, de los iniquos pensamientos que asaltan una pobre asalariada cuando se dedica a cotillear las sombras de sus conocidos.
El cotilleo, este arte necesario para la supervivencia, el caldo de cultivo de la sociedad donde la burla rebulle y extiende su aroma de poder. El chismorreo de balcón es la base de nuestro universo, el marcial espionaje, es ritual en un confesionario y secular frente a un juez. He podido asistir a verdaderas representaciones del cotilleo en los rutilante salones de San Petersburgo, era como admirar un enjambre de abejas, como se tras formaban en en un solo cuerpo palpitante que a un orden estrictamente social se estremecía como un nervio cortado.
(No sé si un nervio cortado se estremece o no, pero no sé cómo plantear la búsqueda en Google. Podría probarlo empíricamente pero me da pereza levantarme.)
Esta mujer del milenio tenia rara vez chismes de primera mano, sus cabellos flojos y grasientos nunca habían sido rizados por un baile y cuando tomaba un forzado piscolabis con unos conocidos siempre se quedaba con la sensación de que los demás hablaban de algo que ella desconocía. A veces buscaba el calor de un secreto dicho al oído, querer ser la única a atesorar una confidencia, pero no sucedía jamás...menos algunas noches de profunda insatisfacción personal, durante las tres horas de reposo que precedían la escritura febril de diez páginas, activaba su móvil para mirar las últimas noticias del Facebook.
En efecto esa pantalla deslumbrante ofrecía secretos en voz alta leídos en silencio que hubiesen tenido que servir a nuestra heroína su dosis de cotilleo, pero le causaban brotes de misántropía con episodios de enaltecimiento al terrorismo. Esta mujer era forastera, venía de un lugar cálido, muy alejado de Nuestra Madre Patria y se quedaba petrificada al leer los apuntes, las reflexiones personales de sus compatriotas, los simpáticos vecinos del Papa, en su muro del Facebook, algo así como un pasquino dirigido a ellos mismos.
La llenaba de orgullo y satisfacción ver como gente amiga de gente (ésta era la única consolación para nuestra heroína, el saber que nunca había cruzado de verdad la mirada de éstos engendros, aunque pensandolo bien eran obligado a compartir aldea) escribía en un lugar totalmente asignado a sus pensamientos cosas que les habría dado vergüenza susurrar al oído de las que los trajo a éste mundo, un mundo demasiado chungo para ellos, que solo han conocido los livianos afanes provincianos y se desatan a la hora de criticar, que son lo primeros a lanzar una piedra contra una amenaza irracional, que es muy cercana, ya que vieron la foto en el periódico. pobres cretinos que desde el balcon de sus casas de ladrillos vigilian la llegada del extranjero, son una verdadera milicia de minchioni (gilipollas) bajo las órdenes de Salvini, un ser despreciable que no merece que venga gastada una palabra sobre él, pero he tenido que hacerlo por amor al conocimiento y porqué, en eso del arte, es más adecuada una almorrana virulenta que el rostro de un niño.
Nacido en Milán de una familia de impresarios, Matteo Salvini tiene una juventud tumultuosa y rebelde como todo burgués, después de un periodo fumando yerbas y coqueteando con el comunismo, Salvini lo deja todo para seguir Ia romántica lucha nacionalista de la "Padania", dicen que fue inspirado por Teodorico rey de los Longobardo, a la cual se ha dedicado en cuerpo y alma sincuerpo y alma sin ar escatimar en creatividad y burradas con el fin de extender la xenofobia en Italia.
Salvini vive en el peor de los mundos posibles, circumdado por vecinos musulmanes deseosos de degollarle (aunque ser musulmán no es condición sine cua non para quererle matar) y cuando finalmente alcanza la calle las prostitutas y sus clientes no le dejan vivir, más de uno al tenerle a mano, no se deja pasar la oportunidad de lefarle en la cara. Pero no serán todos los que le desprecian si, como ya hemos dicho, sus declaraciones florecen en el Facebook como las de un predicador en la edad media, siendo igualmente absurdas y alucinógenas .
Escucharle hablar es asombroso y debería de estar prohibido a los menores, en veinte minutos es capaz de conglomerar todos los ideales políticos deI siglo XX y los transforma en una pastura populista para alimentar su ejercito de retrasados retrógrados en continuo aumento.
¿Qué es eso tan terrible que empuja estos jóvenes bien alimentados al racismo? ¿Cual es el miedo que estremece sus culos blandos? Acaso tienen miedo que un rom les robe su polo de Lacoste o que alguien acepte un trabajo que ellos nunca harán porqué se solapa con su curso de homeopatía digital. Es una pena pensar que a esta gente le hayamos pagado los estudios, en vez de fugas de cerebros , Italia se sirve del aniquilamiento de cerebros.
Mas volvamos a nuestro Salvini para analizar su política exterior, que yo definiría cuanto menos confusa, sus últimos viajes han sido en Rusia y Corea del Norte y ha vuelto alabando a Putin y la tranquilidad que se respira en Pionyang,para él similar a Suiza.
No hay que maravillarse por estas contadiciones, todos sabemos que Salvini es el resultado de de Hitler y Stalin eyaculando el la boca de Renatino Bossi ( perdonadme si me repito con el tema del esperma, tal vez me inspira porqué en ello réside la única cosa en movimiento de Salvini, ya que las neuronas están paralizadas) además su partido tiene en el ADN las costumbres estrafalarias y paganas de las dictaduras. ¿Será por éso, os preguntareís, que se lleva tan mal con el Papa Francesco? (Bueno, ya sé que es la primera noticia que tenéis de ésa vergonzosa cuestión así que os lo resumo). Salvini es un hombre tan burdo y maleducado que es capaz de faltar le al respeto al mismísimo Papa, que a pesar de las contradiciones del oficio, parece ser una persona muy agradable en su trato y no hace otra cosa que reprender le por xenofobo.
Un verdadero César.
Estimados lectores hasta aquí este compendio de cotilleos con consecuencias sociales, de ministros, de zares y de meros subnormales, no sigo más porqué no quisiera ser tildado de Jorge Javier, el panorama es horrible, siempre lo es, pero cuando a uno ya le han podrido los huesos es reconfortante saber que las cosas siguen igual hoy como ayer.
Nicolai Vasilevich
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